Ruta por la provincia de Soria: Yacimiento de Numancia

Situada sobre el Cerro de la Muela, en el municipio de Garray, están las ruinas de la antigua ciudad de Numancia, símbolo de la resistencia de un pueblo frente a todo el Imperio Romano.

¿Cómo llegar a Numancia?

Al yacimiento de Numancia se accede desde la localidad de Garray, situada a 7 km de Soria capital por la N-111 (salida Garray-Arnedo). La carretera que sube  a Numancia parte desde el centro del mismo pueblo en dirección suroeste, por la que debemos recorrer unos 800 m hasta la entrada al yacimiento.

El origen de la leyenda

Numancia fue una importante ciudad celtíbera, que los arévacos fortificaron sobre un cerro. En el año 153 a. C., sus habitantes estaban en rebeldía debido al mal gobierno al que les tenían sometidos los romanos; por lo que decidieron dar cobijo a unos guerreros de la tribu de los belos que eran fugitivos de los romanos. Y sería uno de ellos, Caro de Segeda, quien lideró a los numantinos y belos, derrotando a los 30.000 legionarios comandados por el cónsul Quinto Fulvio Nobilior. Empleando nuevas tropas apoyadas por elefantes, el cónsul asedió sin éxito Numancia pero una salida por sorpresa de los arévacos les causó a los romanos unos cuatro mil muertos y la pérdida de varios paquidermos. Poco después el cónsul fue destituido.

Tras casi veinte años sin conseguir someterlos, Roma encargó la tarea al general Publio Cornelio Escipión Emiliano. Éste ordenó edificar alrededor de Numancia un cerco de 9 kilómetros de longitud, con torres, fosos y empalizadas. El aislamiento provocó la hambruna y enfermedades de los pobladores, consiguiendo su rendición después de once meses. Pero su prolongada resistencia “numantina”, y el hecho de que la mayor parte se decidiera por el suicidio antes que ser esclavos, hizo que las propias crónicas de los romanos presentaran a sus moradores como héroes.

Posteriormente Numancia es arrasada y sobre sus cimientos se crea una ciudad romana, con un trazado regular y unas casas en piedra de mejor calidad. A partir del siglo III la ciudad empieza a decaer y se va despoblando poco a poco hasta convertirse durante los siglos VI y VII en un pequeño asentamiento visigodo. En la alta Edad Media ya no se conocía donde estuvo ubicada Numancia, llegando incluso a confundir su emplazamiento situándola en Soria capital o en Zamora hasta que en el siglo XVI se identificaron los restos arqueológicos de la colina de Garray con la ciudad de Numancia.

¿Qué ver en Numancia?

Una vez llegamos al parking de la entrada, antes de adentrarnos a Centro de interpretación merece la pena mirar alrededor para ver la zona donde las legiones romanas acamparon para organizar su asedio. Hoy no podemos ver nada, pero todavía se están excavando los restos de estos campamentos que formarán parte del Yacimiento de Numancia.

Tras visitar el pequeño Centro de interpretación y su tienda, pasamos a dar una vuelta por el yacimiento. Nuestra primera parada es el cerco de Escipión. Junto a los restos de pequeños molinos manuales se sitúa un plano que explica el cerco romano y la situación de los 7 campamentos romanos que aislaron completamente la ciudad.

Sobre el cerro donde se ubicaba Numancia hay un monumento de piedra con pedestal, obelisco y cuatro lápidas en las que se puede leer la dedicatoria a Numancia y a sus héroes y que fue inaugurado por el rey Alfonso XIII en 1905.

Los primeros metros en lo que fue la ciudad de Numancia transcurren por un pasillo bien marcado. A ambos lados encontramos restos de antiguas edificaciones y trazados de calles que permiten hacerte una idea de lo que fue la ciudad. La superposición de la ciudad romana y la celtíbera se aprecia en todo el recorrido.

Entre las ruinas Numantinas se han reconstruido tal como eran una viviendas celtibéricas otra romanas, con los utensilios de la época; utensilios que también podremos encontrar expuestos en el Museo Numantino en Soria.

Llegamos a la casa de Numancia. Toda ella construida en piedra, con el techo de madera a base de ramas secas. Un pequeño patio da acceso al interior, donde encontramos varios objetos que se utilizaban en la época: aperos de labranza, horno, lumbre,…

A continuación queda al descubierto la Numancia romana. Tras el asedio y derrota, Numancia se cedió a los que ayudaron a los romanos. No llegó a ser una ciudad romana típica, con grandes y ostentosas construcciones como estamos acostumbrados.

Continuamos por el barrio sur de los patricios. La zona mejor protegida de los duros vientos del norte se reservó para los romanos más adinerados. Las calles aquí nos recuerdan al trazado de una ciudad romana, al igual que el estilo de construcción de casa con columnas, patios y pórticos.

De vuelta al centro de Interpretación, podemos completar la visita con la sala arqueológica, sita en el núcleo de la localidad de Garray. Se trata de dos salas separadas por un muro que divide por un lado la sala celtibérica y por otro la sala romana.

En el Aula Arqueológica de Garray, puedes contemplar maquetas, proyecciones y reconstrucciones sobre estas civilizaciones. Para completar este paseo por el tiempo, nada mejor que acercarse al Museo Numantino, en Soria, donde están expuestas muchas de las piezas y objetos descubiertos durante las excavaciones.

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