Joaquín Sorolla a través del Museo Sorolla

Está semana hemos sido elegidos para ser los embajadores de dos hombres ilustres, gracias al concurso “Los 7 Españoles que cambiaron el mundo”, vamos a elegir a los españoles más sobresalientes. Dicho esto, pasamos hoy a hablar de nuestro primer elegido, como podéis suponer se trata de Joaquín Sorolla. La primera vez que conocí, su obra no fue en España, en ese momento estaba por Niza y mi primo me llevó a ver una exposición que había sobre un pintor español. Me pareció curioso que su obra se expusiera allí, pero eso también indica que su pintura no entiende de fronteras, lo que le hace un pintor universal.

No es necesario decir que sus orígenes son valencianos, aunque fue un pintor inquieto y vivió en lugares como Roma, Paris, Nueva York para finalmente instalarse en Madrid. Toda su vida se dedicó a la pintura, hasta que una hemiplejía le aparto de su trabajo. Finalmente moriría 3 años después en su casa de Cercedilla en 1923.ç

Tras su muerte su viuda decidió donar todas sus obras y la casa familiar en Madrid al Estado, de esta decisión surge el Museo Sorolla que hoy podemos visitar junto a la Castellana muy cerca del Museo de Ciencias Naturales.

A primera vista podríamos pensar que lo importante de este museo son los cuadros. Pero en esta casa, además de vivienda era su estudio de trabajo. En este espacio, quiso separar las dos partes pero dándole una personalidad propia. Por lo que además de ver sus cuadros podemos conocer un poco sus gustos y su personalidad a través de los detalles de la casa.

Una vez en la casa, podemos hablar de que su construcción fue obra del arquitecto Enrique Repullés y Vargas, autor de otros edificios ilustres del Madrid de la época como la Bolsa. Pero no todo fue de manos del arquitecto, sino que Sorolla intervino en todo el diseño. Entre sus deseos podemos ver, el disponer de un amplio estudio con luz para trabajar, una zona privada lujosa y elegante, además de grandes espacios de servicio. Pero sobre todo el lugar más bonito se encuentra fuera. Uno de los caprichos de Sorolla, motivada de sus visitas a Andalucía, fue la creación de un patio andaluz como recuerdo de los que vió en el Alcázar de Sevilla y en la Alhambra de Granada.

Así que tanto si eres fan del artista por sus cuadros, como si te gusta conocer una casa singular o quieres disfrutar de uno de los patios más bonitos de Madrid, a que estás tardando a acercarte al Museo Sorolla.

Un consejo, en verano abren el museo hasta las once y media de la noche, un momento perfecto de recorrer este espacio, con otra luz y con más tranquilidad, y sobretodo para disfrutar de su jardín.

Más información sobre el Museo Sorolla

Web del Museo Sorolla: http://www.culturaydeporte.gob.es/msorolla/inicio.html

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